En las últimas semanas
la izquierda y parte de la derecha han hecho gran alharaca sobre la nueva
oportunidad que tiene el país para salir de la situación de violencia que ha
vivido durante varias décadas. Nuevamente las guerrillas más antiguas del
continente y la democracia más anticuada de Latinoamérica se encuentran para
dialogar una posible terminación del conflicto, por lo menos así lo entiende la
gente cuando escucha proceso de paz.
Pero como veremos en los siguientes párrafos, los venideros diálogos de paz lo
único que traerán serán falsas expectativas para todas las partes (guerrillas,
gobierno y lo más importante: el pueblo).
Nunca la guerrilla ha
hablado de desarme, sólo de dialogo, como el dialogo hipócrita que existe entre
la gente de la alta sociedad, de tal forma lo importante no es lo que se dicen
entre si las partes, sino el provecho le pueden sacar al hecho de estar
dialogando: reconocimiento, buena voluntad, etc. Las dos partes en
confrontación lo último que piensan es que el conflicto se pueda acabar en una
mesa en otro país como sucedió con la guerra de Vietnam con los acuerdos de
Paris. Aquí lo importante es fortalecerse, el gobierno mostrándose como
benefactor del pueblo buscado todos los caminos para lograr el bienestar y la guerrilla buscando ganar terreno político,
no para transformarse en partido político como lo es el Polo o los verdes, sino
para dar a conocer su plataforma política que consideran se impondrá desde la
lucha guerrillera.
La entrevista de
Timochenko del 4 de septiembre dice “…resulta urgente enfrentar una concepción
distinta, justa, realista y constructiva: una paz fundada en la verdadera
reconciliación, en el entendimiento fraterno, en las transformaciones
económicas, políticas y sociales necesarias para alcanzar el punto de
equilibrio aceptable para todos. En la extirpación definitiva de las razones
que alimentan la confrontación armada” [1] lo
que llaman comúnmente paz con “justicia social”, claro, a quién no le encantaría
que el gobierno hiciera todas las reformas para que el pueblo gozará de una vida
digna, pero señores recuerden, no..., a la burguesía nunca se le ha derrotado
en una mesa de dialogo, nunca han sido vencidos con buenos argumentos y menos
con piadosas intenciones. De tal forma, esperar
que el gobierno acabe con los males que aquejan al obrero, campesino e indígena
es una forma tapada de decir que este conflicto continuará por varios años, bueno no se necesita ser un genio para
saber que la burguesía no renunciará a sus privilegios solo por un dialogo.
Más adelante sigue
Timochenko diciendo “llegamos a la mesa de diálogos sin rencores ni
arrogancias, a plantear al Gobierno Nacional que considere importante los de
abajo, que no juzgue la como ingenuidad de sus anhelos, que no los crea
incapaces de emprender grandes empresas, que le reconozca su derecho a tomar
parte en las grandes decisiones nacionales”. Como si los explotados en algún punto
del planeta se hubieran ganado algo (por mínimo que sea) solo esperando a que
los consideraran importantes.
En este punto, los
radicales-astucias dirán “Obvio, estos diálogos no son como los del M-19 para
entregarse y sí, las reformas que necesitan los explotados, son imposibles sin las
masas alborotadas y organizadas en las calles reclamando una nueva Colombia,
pero esto se construye día a día en la organización campesina, estudiantil,
obrera, etc.” Claro, pero la organización de un movimiento así requiere años
enteros de informar, preparar y organizar millones de personas en la conciencia
de una organización económica y política distinta donde el trabajador goce de
los frutos de su trabajo y no el delicado burgués que gasta su tiempo en
reunionés y clubes. Varios años de únicamente cultivar la conciencia
socialista, de apoyar a las organizaciones en sus luchas económicas, de estar
junto a los sindicatos, indígenas y demás.
Pero si ese movimiento
de masas primero debe crearse, así, todos los militantes crean que el obrero y
campesino se acuestan pensando en la paz,
si no existe la gente organizada construyendo los cambios que son la
condición clave para acabar con “las raíces que alimentan la confrontación
armada” nos vemos obligatoriamente destinados a ver otro fracasado diálogo de
paz. Al final se dirá “la burguesía y el estado no quisieron escuchar a la
inmensa mayoría o que los intereses de los violentos se impusieron ante el
clamor del pueblo, etc.” es como crónica de una fracaso anunciado.
Propuesta
Los revolucionarios se
caracterizan por un aspecto fundamental, siempre le hablan a los explotados con
verdad y claridad, al contrario los burgués siempre mienten o confunden al
pueblo pretendiendo buscar su bienestar. En este sentido, ¿por qué seguir disfrazando
el socialismo con la famosa paz con justicia social? ¿Por qué levantar una
bandera (la paz) que interesa tan poco a los obreros? El camino más acertado es
apoyar incondicionalmente a todos los sectores sociales que piden un cambio
radical en el país como los estudiantes, obreros, campesinos, indígenas, etc. sin
inmiscuirlos en los cuentos de la guerra y la paz. Por ejemplo, los indígenas del
Cauca que con su larga tradición de lucha contra los terratenientes pidieron dignamente
la salida de los militares y guerrillas de sus territorios, ¿será que la
comunidad organizada pidiendo respeto en sus territorios se está equivocando?
No…lo malo fue no apoyar a un sector con más siglos de lucha que las
guerrillas.
El socialismo es
inevitable por que se fundamenta en el bienestar de la población trabajadora, al
contrario la paz con justicia social es un invento criollo, porque a la
imposición de las ideas de la guerrilla se le llama revolución (que tiene pocas
probabilidades), y a la continuación normal del país se le llama democracia
burguesa. Así, lo último que deben hacer las organizaciones sociales es
apoyar la guerra o la paz, lo mejor es
seguir su camino de lucha pues en cualquier momento un partido las reunirá, no
entorno a la paz, sino al socialismo.
Estos análisis y críticas son muy bacanos. No me los creo del todo, pero dan otro punto de vista importante. Gracias!
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